lunes, 25 de noviembre de 2013

FALTA UNA JOYA EN LA CORONA DE LA VIRGEN

FALTA UNA JOYA EN LA CORONA DE LA VIRGEN

A lo largo de 21 siglos de cristianismo, los mejores hijos de la Iglesia católica, han venido engarzando en la corona de la Madre de Dios y Madre nuestra, las mejores joyas, símbolos de su fe y amor  a la "bendita entre todas las mujeres". Fúlgidas y brillantes hemos admirado las "maravillas que el Señor hizo con ella". He aquí las joyas de María: Madre de Dios y Madre de todos los hombres. Concebida sin pecado original e  Inmaculada. Siempre Virgen, antes del parto, en el parto y después del parto. Asunta en cuerpo y alma a los cielos. Nunca han faltado en el Pueblo de Dios títulos, piropos, advocaciones para honrar a la Señora. El lema de S. Bernardo ha sido la norma de los cristianos. "De María nunquam satis". Hoy existe  una fuerte corriente global, que apremia al Papa, con la recogida de más de 7 millones de firmas, para que proclame como dogma de fe, lo que Ella pidió a lo largo de 15 años en sus apariciones a Ida Peederman, que fuese reconocida como SEÑORA DE TODOS LOS PUEBLOS.

Falta que la Iglesia proclame como dogma de fe a María Corredentora, Mediadora  de todas las Gracias y Abogada. María, la humilde sierva del Señor, se lo merece todo. MIGUEL RIVILLA SAN MARTIN   

 

MIGUEL RIVILLA SAN MARTIN

Apartado 108

28921 Alcorcón

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