Me ha llegado esta poesía de un compañero sacerdote, octogenario como yo, que he hecho mía y que trataré de difundir.
Su autor un misionero salesiano de la India que tuve la ocasión de conocer y tratar. Su ejemplo y vida es un referente para cuantos le trataron. Miguel Rivilla
ANTE LA MUERTE CERCANA
«¿Cómo quieres que no quiera
irme ya con el Señor?
He dicho al Amor: ¡Espera!
durante una vida entera.
¿Quieres que me raje ahora?
¡Ni un cuarto de hora!
¡Por favor!
Para mí, la gran Frontera
se llama de esta manera:
'La cita con el Amor'.
Piensa lo que será: saltar 'a tierra'
y ¡ver que es cielo ya!
abrir los ojos, inquirir qué pasa
y oír decir a Dios: '¡Ya estás en casa!'.
¡Oh, el inmenso placer
de abismarme en tu mar!
Cerrar los ojos y empezar a ver;
pararse el corazón ¡y echarse a amar!».
P. José Luis Carreño, sdb
«¿Cómo quieres que no quiera
irme ya con el Señor?
He dicho al Amor: ¡Espera!
durante una vida entera.
¿Quieres que me raje ahora?
¡Ni un cuarto de hora!
¡Por favor!
Para mí la gran Frontera
se llama de esta manera:
'La cita con el Amor'.
Piensa lo que será: saltar 'a tierra'
y ¡ver que es cielo ya!
abrir los ojos, inquirir qué pasa
y oír decir a Dios: '¡Ya estás en casa!'.
¡Oh, el inmenso placer
de abismarme en tu mar!
Cerrar los ojos y empezar a ver;
pararse el corazón ¡y echarse a amar!».
P. José Luis Carreño, sdb