EL ABSOLUTO Y LO RELATIVO
He leído una frase del gran contemplativo y converso, beato Charles de Foucold, que me ha impactado profundamente y que brindo a la reflexión de los lectores: ”Desde que descubrí que Dios existe , entendí que el único sentido de mi vida ,era el vivir para
Él”. Rotundo y cierto.
Dios es el único Absoluto existente. Lo demás es relativo. Un verdadero creyente tiene que saber relativizar todo -trabajo, familia, política, salud, negocios etc - y comprender de una vez por todas, que Dios es el único Absoluto para el hombre.
He aquí la cuestión más importante que tenemos entre manos y que debemos cada uno solventar en su vida. Descubrir el Absoluto en nuestra vida y vivir de cara a El .
Nada nuevo, pues ya lo tenemos bien claro en el primer mandamiento del Decálogo: “Amarás a Dios sobre todas las cosas”. La persona que vive en esta actitud es el verdadero sabio. Por el contrario, quien vive de espaldas a Dios, “como si no
existiese”, centrado únicamente en su propio yo, y cerrado al amor de los demás, es un verdadero necio. MIGUEL RIVILLA SAN MARTIN.
He leído una frase del gran contemplativo y converso, beato Charles de Foucold, que me ha impactado profundamente y que brindo a la reflexión de los lectores: ”Desde que descubrí que Dios existe , entendí que el único sentido de mi vida ,era el vivir para
Él”. Rotundo y cierto.
Dios es el único Absoluto existente. Lo demás es relativo. Un verdadero creyente tiene que saber relativizar todo -trabajo, familia, política, salud, negocios etc - y comprender de una vez por todas, que Dios es el único Absoluto para el hombre.
He aquí la cuestión más importante que tenemos entre manos y que debemos cada uno solventar en su vida. Descubrir el Absoluto en nuestra vida y vivir de cara a El .
Nada nuevo, pues ya lo tenemos bien claro en el primer mandamiento del Decálogo: “Amarás a Dios sobre todas las cosas”. La persona que vive en esta actitud es el verdadero sabio. Por el contrario, quien vive de espaldas a Dios, “como si no
existiese”, centrado únicamente en su propio yo, y cerrado al amor de los demás, es un verdadero necio. MIGUEL RIVILLA SAN MARTIN.
