LOS POTENCIALES DE ROUCO.
Nadie piense ingenuamente que me refiero al poder e influencia espiritual, que el cardenal de Madrid tiene actualmente. Máxime tras el rotundo éxito y organización del evento mundial de JMJ, colofón de su admirable curriculum eclesial. Es cosa que casi siempre, desde su nombramiento como arzobispo de Santiago, hasta su elección como presidente de la CEE, ha tenido, tanto dentro de nuestras fronteras como en Roma. Su prestigio, cualidades y fidelidad al Vicario de Cristo, le ha llevado a ser uno de los que figuraban como "papabiles".Nada digamos del aprecio demostrado por el actual papa, con quien le unen estrechos lazos de amistad personal. En fin, en lenguaje coloquial un "carrerón" el suyo; en el ámbito eclesial, bien ganado y bien merecido a sus "jóvenes" años, gastados en el servicio de la entera comunidad española y madrileña.
Pues bien, conste que la razón del título de mi reflexión, no iba por estos elogios a su ejemplar figura, como cardenal-arzobispo de Madrid, buen gallego y madrileño, sino para decirle confiado, que no use en sus intervenciones los "potenciales" verbales, tales como: "Sería bueno que la Ley de Dios vuelva a ser decisiva en las decisiones públicas" Diga a todos sin rodeos: "Es bueno, justo y necesario, que la Ley de Dios sea decisiva en todas las decisiones privadas y públicas de los españoles". Al pan, pan…y perdone mi atrevimiento.
