HOMEN
La visita personal que el líder del PP ha hecho al fundador de su partido, señor Fraga, al cumplir éste sus 89 años, a los pocos días de su apabullante triunfo en las urnas, ha sido muy bien visto y valorado por la generalidad de los españoles de bien. Un detalle, por demás muy significativo. Los verdaderos valores de una institución, o los de un partido, no son los logros políticos, sino las personas que los hacen y han hecho posibles a lo largo de los años. La figura de Fraga Irribarne, con sus luces y sombras, es una de las personalidades vivas, merecedoras de todo reconocimiento, no sólo por parte de los militantes del PP, sino de todos los españoles. Ha entregado los mejores años de su larga vida, al servicio de España y el bien común, tanto en la dictadura como en la democracia. Sin que nadie le pudiese tachar de corrupto como a tantos otros políticos. Su valía, sus dotes de dirigente, su saber político y su honradez a prueba de bomba, en cualquier otro país, le habría merecido un homenaje nacional al retirarse. Se está muy a tiempo y no aguardar a su desaparición física, para tal homenaje, sino desear que éste sea en vida, en vida, como corresponde. Brindo esta sugerencia a los militantes del PP.
