miércoles, 18 de julio de 2012

TEMOR DE DIOS

 

TEMOR DE DIOS

Es cierto que no debemos tener miedo a Dios en el sentido de "huir de Él". Pero el temor de Dios es un don del Espíritu Santo. La Biblia habla en muchas ocasiones del

temor de Dios, por ejemplo los salmos: «Venid, hijos, escuchadme, voy a enseñaros el temor de Dios» (Salmo 34,12). El profeta Isaías nos dice: «Así me dijo el Señor al  tomarme de la mano, y me advirtió que no siguiera el camino de este pueblo: No llaméis complot a lo que este pueblo llama complot; no tembléis, ni temáis lo que él teme; al Señor todopoderoso tendréis por Santo: temedlo sólo a él» (8,11-13).

También en el Apocalipsis: "Teman a Dios y denle gloria" (Ap 14,6-7).En la obra de Tomás de Kempis "Imitación de Cristo" leemos: - "Todos los hombres naturalmente desean saber. Mas ¿qué aprovecha la ciencia sin el temor de Dios?" (capítulo XX).

- "Si quieres aprovechar algo, consérvate en el temor de Dios, y no pretendas ser demasiado libre" (capítulo XXI). - "No hay verdadera libertad ni plácida alegría, sino con el temor de Dios con buena conciencia" (capítulo XXI). - "Bueno es no obstante que si el amor no nos desvía de lo malo, por lo menos el temor del infierno nos refrene. Pero el que pospone el temor de Dios, no puede durar mucho tiempo en el bien; sino que caerá muy presto en los lazos del demonio" (capítulo XXIV).

- "Por eso siempre se debe desear y pedir con temor de Dios y humildad de corazón cualquier cosa apetecible que ocurriere al pensamiento" (capítulo XXV).

También es digna de mención la opinión del filósofo,matemático y científico alemán Gottfried Wilhelm Leibniz (1646-1716), cuando dijo: "Al terminarse el temor de Dios comienza el desencadenamiento de las pasiones y el dominio de una manera de pensar que inundará el mundo con un diluvio de sangre".

 

Naturalmente Dios es misericordioso, pero no podemos reírnos de la justicia divina, y el temor de Dios no es otra cosa que el sano temor a la justicia divina, el temer las

consecuencias del pecado, si no nos arrepentimos y cambiamos de vida.

La sociedad, los políticos y la gente, en general, serían moralmente mucho mejores si no se hubiera perdido el temor de Dios.

La Sagrada Escritura inculca frecuentemente el temor de Dios pues él "es el principio de la sabiduría"(Prov.1-7). "Bienaventurado el que teme al Señor y sigue sus caminos"(Sal 128,1). "Temed al Señor, vosotros sus santos" (Sal 34,10). "Teme a Dios y guarda sus mandamientos".(Ecl.12,13).

Hemos de temer , porque podemos caer: "El que esté en pie, tema no caiga" ( 1Cor 10,12). Además hemos de temer, porque ignoramos el momento de la muerte y hasta cómo vamos a morir. "El día del Señor llega como ladrón de noche" (1Tes.5,2).

Los medios para adquirir el temor de Dios, son: Vivir en su presencia y guardar sus mandamientos. MIGUEL RIVILLA SAN MARTIN.

 

MIGUEL RIVILLA SAN MARTIN

Apartado 108

28921 Alcorcón

DNI 7576933C

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