jueves, 12 de enero de 2012

MENS SANA IN CÓRPORE SANO

MENS SANA IN CÓRPORE SANO

Muchas veces, amable lector, habrás oído el antiguo lema latino "Mens sana in córpore sano" =un alma sana en un cuerpo sano. Innumerables personas en todo tiempo y lugar han llevado a la práctica este lema. Nadie ignora que los humanos no somos solo cuerpo, sino alma y espíritu. Ambos hay que cuidarlos sí, pero preferentemente el espíritu. El cuerpo que es material, se deteriora imparablemente, se va desmoronando; pero el alma, que es espiritual se ha de fortalecer. ¡Cuántos cuidados para el cuerpo y qué pocos para el alma¡. Al igual que el cuerpo, el alma necesita su alimento, que no es otro que la Palabra de Dios y los sacramentos, instituidos por Jesús. Quien solo se preocupa del cuerpo, no llega a realizarse como persona. Hay que buscar el equilibrio en esto como en otras cosas.

Ahora bien, el alma como el cuerpo crece, enferma o se fortalece, según la atención que cada uno le presta. En el plano corporal muchísimos toman a diario, recetado por su médico, varias píldoras en las que está condensada toda la alimentación preventiva, curativa o paliativa que el cuerpo precisa.

Tu alma, necesita que la cuides, la fortalezcas, la alimentes y la vitalices por ser la parte más importante de ti mismo. No todos-ni siquiera los bautizados y cristianos buenos- tienen a su alcance el alimento espiritual. Habrá que dárselo condensado en píldoras para que no desfallezcan y vivan en plenitud su vida de criaturas racionales e hijos de Dios.

He aquí la única finalidad que mueve a este sacerdote octogenario a escribirte estas sencillas líneas.

Tal vez no precises grandes y costosos tratados para tu alimento espiritual. Quizá con la lectura y reflexión diaria de unos versículos de la Biblia o del Evangelio(Palabra de Dios) con tu oración de fe y confianza en Dios. Tu Padre bueno, que te conoce por tu nombre, que te quiere y te comprende en tus fallos e incoherencias, está siempre dispuesto a perdonarte mil veces. Solo te pide que te arrepientas de tus pecados, te confieses y él hará lo demás. No dudes que te dará la paz y alegría que necesitas para ser feliz, sin más. Haz la prueba y dále gracias al Señor que quiere tu bien y felicidad eterna. No olvides, amigo y hermano míó, las palabras de un gran santo, S.Agustín: "Dios que te creó sin tí, no te salvará sin tí". Dios quiera que convencido pongas de tu parte lo que tienes que poner. Seguro que no te pesará.

MIGUEL RIVILLA SAN MARTÍN

http://miriv.blogspot.com/

 

MIGUEL RIVILLA SAN MARTIN

Apartado 108

28921 Alcorcón

DNI 7576933C

http://miriv.blogspot.com/