AVISOS DEL CIELO
Nada sucede por acaso. Todo en este mundo tiene una causa y un porqué. Como es sabido que todo lo que tiene principio tendrá su fin. Ante estas premisas, sensato es escribir--pese a no ser políticamente correcto- que todos estamos viviendo aquí y ahora en lo provisional. Que el tiempo es fugaz y nos aguarda a todos, guste o no, la eternidad. Ya el apóstol Pablo escribió, siglos ha, en sus epístolas: "No olvidéis que pasa la imagen de este mundo perecedero y que debéis aspirar a los bienes de arriba, donde aguardamos un Salvador". Éste no es otro que Jesucristo. En el evangelio él habla de "los signos de los tiempos", instando a todos a la conversión = vuelta a Dios. Ahora bien, con la que está cayendo, opino que los pastores de la Iglesia deberían hablar sí de la misericordia divina, pero a la vez, insistir "oportune e importune"pero "con temor y temblor" de la propia salvación. Que la gente cobre conciencia de lo que está en juego a nivel personal y global, es el encuentro con el Señor y Creador de cuanto existe. Preparar este encuentro es el mayor problema que cada uno debe solventar. Le va en ello su suerte y destino eterno. Esto es lo que la inmensa mayoría de quienes nos precedieron en la tierra, nos recomendarían si volviesen a esta vida. Hagamos caso a los repetidos avisos del cielo, mientras es tiempo. MIGUEL RIVILLA SAN MARTIN.