NO HAY MAL QUE POR BIEN NO VENGA
Una gran parte de católicos que votaron al PP se han sentido ninguneados por el Presidente del Gobierno en el caso de la Ley injusta del aborto. Su incoherencia, su "traición" y su cobardía, teniendo mayoría absoluta para derogarla, han quedado bien patentes. Lo más grave e irremediable serán los centenares de "nascituri" y sus madres que abortarán, creyendo que es "su derecho" a decidir. Pese a un panorama tan negro los creyentes de verdad, no pierden su confianza en Dios Padre todopoderoso, Señor de la Historia, capaz de sacar bien del mal. Dos armas importantes en nuestras manos para este momento: Oración y acción. En momentos de oscuridad, el creyente no maldice las tinieblas, sino que enciende su cerilla para iluminar a quien está a su lado. Manos a la obra. MIGUEL RIVILLA SAN MARTIN.