EN LA DESPEDIDA DE HUGO CHAVES
En la ya próxima despedida de este mundo del caudillo venezolano, con el máximo respeto para su persona y lo que representa para millones de seguidores suyos, me tomo la libertad de expresión de hacer unas públicas manifestaciones ¡no juicio político¡ a la luz de Dios, de su Palabra en la Biblia, de la fe cristiana y del sentido común. Sin más deseo que sirvan para personas, poderosas, ricas o influyentes, sean o no sean creyentes. Escritas sin ánimo de polémica y para ayudar a la reflexión ya que a veces casi todos olvidamos las cosas más claras. Preciso es recordarlas. Helas aquí:
-Todos, sin distinción, somos iguales en el nacer y en el morir. Indiscutible
-Nada material podremos llevarnos nadie para el viaje sin retorno del más allá. Idem.
-La vida humana es efímera, corta y caduca. Un derecho inalienable. Incuestionable.
- Alguien, infinitamente bueno, sabio, poderoso y eterno, nos trajo Aquí para realizar una tarea por los demás y para hacer un mundo mejor.
-Los seres humanos, únicos racionales, somos libres pero a la vez responsables.
-Todos, sin discriminación, desde el inicio de la vida, tenemos derechos y obligaciones.
-La justicia, igualdad y fraternidad anheladas, nunca se han dado ni darán en la tierra.
-Todos sin distinción somos pecadores, deudores o infractores de la Ley de DIOS.
- Todos hemos sido salvados y redimidos por el AMOR del Hijo de Dios, Jesucristo.
-Al atardecer de la vida Alguien nos examinará del Amor a El y a los demás, sin apelación posible. Nadie es juez de Nadie. Al acabar el tiempo presente no todo acaba.
- Quien haya escogido el odio o el amor así, permanecerá para siempre.
-Aquí y ahora en el presente nos estamos jugando cada uno nuestro futuro eterno.
Tienen pleno sentido las frases: Mientras hay vida, hay esperanza. Al final de la vida se recoge lo que uno ha sembrado. La misericordia de Dios es infinita. AMEN O AMÉN.
MIGUEL RIVILLA SAN MARTIN.