Extracto literal tomado de Foros de la Virgen María (23/ 11/ 2013)
" Los profetas son algunos de los personajes más extraños y más excéntricos del Antiguo Testamento. Eso podría ser en realidad un eufemismo. Dicho sin rodeos, el comportamiento de los profetas del Antiguo Testamento es tan extraño para los estándares seculares de la cordura de hoy, que serían catalogados casi como dementes, o, por lo menos, pasibles de alguna forma de terapia intensiva. Considere a Isaías, que se quitó toda la ropa y paseaba desnudo (Isaías 20). O Jeremías, que no sólo ocultó su ropa interior en una roca, sino que luego volvió a recuperarla después de un "largo tiempo" (Jeremías 13). A Jeremías al parecer no le importaba separarse de la ropa interior, pero él no podía separarse del yugo de ganado que había fijado a sus hombros hasta que otro profeta lo rompió (Jeremías 27 y 28). Otro, Oseas, que se casó con una prostituta y nombró a su hija Lo-Ruhama, que significa "no amada" (Oseas 1).
LAS COSAS 'RARAS' DE JESÚS
Pero, con la venida de Cristo, podemos mirar hacia atrás en estos profetas y verlo a Él, no sólo a través de prefiguración de las profecías que hablaban de su venida, sino a través de sus acciones proféticas.
Cristo era, después de todo, la Palabra hecha carne en la forma más completa y más rica posible. Y, como con los profetas, el comportamiento de Cristo era completamente extraño, perturbador y confuso de acuerdo a las normas sociales convencionales de la época.
Por ejemplo alguien que prometió reconstruir el templo en tres días, cenaba con prostitutas y recaudadores de impuestos, puso demonios en una piara de cerdos, sanó a un hombre ciego frotando barro con saliva en sus ojos, y una vez caminó sobre el agua. Nada puede ser más raro que esto".
MIGUEL RIVILLA SAN MARTIN
DNI 7576933C
