DÍA DEL ORGULLO GAY
Como octogenario célibe, educado desde pequeño en los valores cristianos tradicionales nunca comprendí y moriré sin entender por qué los así llamados gays tienen que hacer pública exhibición de su condición sexual por las calles de nuestras ciudades. La actual sociedad permisiva y tolerante les reconoce ya sus derechos, como personas iguales a los demás ciudadanos, sin discriminarles por su sexo. Nunca, por sentido común, he llamado "matrimonio gay" a dos varones que conviven juntos. Les respeto y veo bien que se les reconozcan sus derechos civiles como "gaymonios". Es por eso que me choca verlos eufóricos y semidesnudos en desfiles carnavalescos y me pregunto qué pretenden con ese exhibicionismo desmadrado. ¿Deberían los gordos,-según escribe el maestro Luis del Val -tener su Día del Orgullo Gordo? ¿Y los cheposos, los disminuidos físicos, cojos, enanos etc por qué no celebran su Día del Orgullo Chepa etc?. El Ayuntamiento de Viena ha puesto en los cruces de las calles "semáforos gais". Quizá veremos pronto, carteles en los baños, servicios y reservados de edificios públicos para personas distintas al resto de ciudadanos para que no se sienten discriminados. Vivir para ver.
MIGUEL RIVILLA SAN MARTIN.
