martes, 8 de septiembre de 2015

CADA DÍA TIENE SU AFÁ1

 

CADA DÍA TIENE SU AFÁN

Dices que no tienes tiempo y es cierto. Además, el poco que tienes lo empleas en fruslerías y resulta que luego te quedas vacío y triste. Mientras, a tu alrededor la vida fluye imparable e incontenible. No puedes retenerla como el agua entre las junturas de tus dedos. Envidias a otros que la aprovechan para sus logros, que a ti se te escapan. Lo peor de todo es que el tiempo “mal-gastado” no se recupera. Son tantas y diversas las opciones que se te presentan a diario que no las puedes abarcar. A veces, hasta llegas a agobiarte por no lograr lo que con ilusión te propones. Mira, te doy un consejo de buen amigo. No pretendas saber ni estar enterado de todo lo que pasa, ni siquiera de muchas cosas. El mundo es inmenso y tú muy pequeño y limitado. Busca un rato de silencio y te encontrarás a ti mismo. Esto es lo importante. Te recuerdo un dicho latino por si te sirva de algo: “Non multa, sed multum” o lo que es igual: “Solo una cosa necesitas”. Vivir en Dios y como Dios te pide: Tu tiempo es tu vida. Si lo pierdes, pierdes tu vida. “Cada día tiene su afán”. ¿Merece la pena vivir estresado y tan aceleradamente?. Respóndete y desde ya empieza a saborear la vida dándote  a Dios y  a los que te necesitan. Solo así vivirás feliz. Quien tiene a Dios, nada le falta. Solo Dios basta. Pues eso.

MIGUEL RIVILLA SAN MARTIN