LLENOS DE COSAS Y VACÍOS DE DIOS
Todos los humanos tenemos una capacidad grande de disimulo, de aparentar lo que no somos, y de dar el pego a los demás. Nadie quiere que se perciba el vacío que se lleva o se siente en el interior. Lo mismo que se dice y es cierto, que “quien tiene a Dios, nada le falta”, también es verdad que “quien carece de Dios, le falta todo”. No valen aquí las caretas, bromas, risotadas, apariencias, para disimular la falta de la gracia de Dios. Queda siempre un poso de tristeza, amargura e infelicidad, en quien voluntariamente ha prescindido de Dios, le ha vuelto la espalda y ha optado por su egocentrismo. Lo peor de todo es que Nada ni Nadie, puede suplir ni llenar ese vacío que deja en el interior la ausencia de Dios. Millones de personas pasaron por esta experiencia. Se dieron plena y totalmente, a toda clase de excesos en la bebida, sexo, droga, violencia, fama, diversión, evasión, poder, dinero, causas políticas, revolucionarias etc. Al final de todo se vieron frustrados, vacíos y solos. No hay vuelta de hoja. Estamos hechos para Dios. Nuestra meta y fin es hallar a Dios. Quien no lo tiene, ha de buscarlo. Dios no rechaza jamás, a quien lo busca con humildad y sincero corazón. Solo en Él encontrará el alma la paz y tranquilidad que anhela. Haz la prueba y te convencerás. Te lo deseo de todo corazón.
MIGUEL RIVILLA SAN M ARTIN