miércoles, 16 de septiembre de 2015

EL ROSTRO VERDADERO DE DIOS

EL ROSTRO VERDADERO  DE DIOS

Desgraciadamente aún persiste en la mente y en la imaginación de mucha gente, una falsa imagen de Dios, que muy poco o nada tiene que ver con el auténtico rostro de Dios, que su amado Hijo, Jesucristo nos ha venido a revelar, haciéndose hombre. De mil maneras y por todos los medios es ya hora de que

todos los que nos llamamos y somos cristianos nos esforcemos en rechazar estas falsas imágenes que anidan en la mente de muchos y mostremos de palabra y  obra el auténtico rostro del Dios cristiano.

Si todavía hay gente que rechaza a Dios –el que presenta la Iglesia o el evangelio- es porque no le conoce

suficientemente, pues es imposible rechazar a Dios, si se le conoce debidamente.

Nunca olvidaré el consejo que un santo obispo nos daba a los sacerdotes, a propósito de la predicación: “Por favor, os ruego, que sepáis dejar siempre en buen lugar a Dios”. Con el Evangelio en la mano, y a modo de ejemplo, extracto unas pocas frases donde se presenta, con plena autenticidad, el rostro que nos

reveló su Hijo Jesucristo.

- “Es padre de todos los hombres” (Mt 6.9)

- “Hace salir su sol sobre buenos y malos, sobre justos e injustos (Mt 5,45)

- “Nos llama a compartir con El la vida eterna” (Jo II.25-26)

- “Dios es amor” (I.ª Jo .4.16)

- “Prefiere el amor fraterno a la ofrenda ante el altar” (Mt 5,24)

- “No pone límite a nuestros innatos deseos de superación” (Mt 5,58)

- “Mira el corazón de los hombres (Mt 6.26)

- “Sabe lo que necesitamos antes que se lo pidamos” (Mt 6.7)

- “Cuida de las flores del campo y de todo lo creado” (Mt 6.28)

- “Se hizo pobre y no tiene dónde reclinar su cabeza” (Mt 8, 20)

- “Perdona los pecados y cura las enfermedades” (Mt 9, 5-8)

- “Come con publicanos y pecadores” (Mt 9.11)

- “Siente compasión de la multitud” (Mt 9.36)

- “Recompensa hasta un vaso de agua dado por su amor” (Mt 10.42)

Me haría interminable, aduciendo citas que cada cual puede sacar

del Evangelio. Proclamemos pues: “Este es el Dios de mi salvación:

en El confío y nada temo”. MIGUEL RIVILLA SAN MARTIN