miércoles, 28 de diciembre de 2016

RV: EN LA MUERTE DE UN VALIENTE SACERDOTE.

EN LA MUERTE DE UN VALIENTE SACERDOTE

Con mis ojos nublados  por la emoción y las lágrimas, trasmito parte de un precioso artículo publicado en INFOCATÓLICA (28/!2) con ocasión de la muerte, sepelio y funeral del sacerdote del Opus, don Juan Claudio Sanahua. Toda su vida la entregó al servicio de la Iglesia, de Cristo y de los valores del Evangelio. Defensor incansable y valiente de toda vida, en especial de los niños por nacer. Para cuantos no hayan podido ponerse en contacto con sus videos, sus libros o artículos, les transcribo esta breve reseña del P.Christian Viñas, publicada en el medio digital de IC.

“Nuestro querido hermano Sacerdote, que tanto luchó en defensa del niño por nacer, fue llamado a su encuentro con el Señor, cuando el Niño Dios está por nacer... Providencial signo, en esta hora de dolor y esperanza...

Compartí con él la causa provida en innumerables encuentros con legisladores, conferencias, publicaciones, marchas y apostolados de todo tipo. Conocí su amor a Jesucristo y su fidelidad, sin dobleces, a la Iglesia. Admiré su talento puesto, sin ninguna reserva, al servicio de los más débiles: de los niños por nacer, de los enfermos, de los despreciables para el mundo, de los ancianos y enfermos que ven sus vidas amenazadas por la eutanasia...

Fue un valiente soldado en defensa de la vida y la familia, frente a la tiránica ideología de género del Banco Mundial, las Naciones desUnidas, la usura internacional y el narco-porno-liberal-socialismo del siglo XXI... Luchó, denodadamente, contra el mundialismo masónico y ateo, que busca desterrar a Dios y eliminar al hombre. Fue autor de numerosos libros, artículos y notas en denuncia de este macabro plan... Junto a la licenciada Mónica del Río, fundó y dirigió el periódico digital «Noticias globales», en el que daba cuenta de esta reingeniería social; y su consecuente secuestro de gobiernos, parlamentos y estructuras de poder... Me atrevo a decir, incluso, que el cáncer que terminó con él, fue la consecuencia de tanto combate, de tanta batalla ardua, llena de dificultades e incomprensiones... Sufrió, incluso, el desprecio, hostigamiento y persecución de algunos muy cercanos... Lejos de arredrarlo, ello lo siguió templando en la batalla. ¡Que el Señor, buen pagador, le pague con abundancia su entrega...¡Descansa en paz, querido padre Juan Claudio! ¡Has sido un maravilloso regalo de Dios para la Iglesia...! E intercede por todos, especialmente por nosotros, tus hermanos sacerdotes, para que tengamos la gracia de la perseverancia final, y de morir en la raya; en primerísima línea de combate...MIGUEL RIVILLA SAN MARTIN. D.N.I. 7576933C.

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