DIMISIÓN FORZADA.
Según la mayoría de los medios y comentaristas políticos, la dimisión de Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad de Madrid, ha sido inesperada y voluntaria. Merecedora de generalizado respeto.
Pero no me refiero, en este apunte y reflexión, a esta dimisión, sino a la tuya, lector. Me explico. Un día al nacer, viniste a este mundo, y poco a poco descubriste, que era para realizar una misión, una tarea, que asumiste y has ido y vas realizando día a día. Pese a los problemas que tu vivir conlleva, descubriste que la vida es maravillosa, única e incomparable. Sabes también, que llegará un día que será el último de tu vida. Con la muerte tendrás que dimitir "forzosamente" de todo. Ni siquiera te consolará, el dicho tan repetido de que "me quiten lo bailao".
Millones de personas antes que tú, han pensado y creído que "lo que no es eterno, no es nada". Se han aferrado con una fe "a prueba de bomba" a la persona y a la promesa de Jesúcristo, que con su vida, muerte y resurrección nos ha dado a quienes creemos en El, como el Hijo de Dios, Señor y Salvador, la esperanza en la vida eterna. "El que cree en Mi, no morirá para siempre. Yo le resucitaré en el último día". Nadie puede darte más que Jesús. Si te falta fe o dudas, ora, como el ciego de nacimiento: "Señor, que vea" o también: "Creo, pero aumenta mi fe". Quien lo busca con sincero corazón lo encontrará.
