DISCULPEN LAS MOLESTIAS
Esta frase, repetida por la megafonía de las estaciones del metro, avisando un día sí y otro también, a los millares de madrileños que abarrotan los andenes, suena a burla, a sarcasmo y tomadura de pelo. Como si a unos agredidos o apaleados sin motivo, que se les dijera: "Sonrían, por favor". El molestar y cuanto más mejor es el fin que se busca. La huelga de transportes está produciendo graves trastornos a comerciantes, obreros, amas de casa, ciudadanos en general, mayores, jubilados, jóvenes con empleo precario, " familias y niños" etc. Todo por la imposición de una minoría sindicalista . Y es que son millares de madrileños los que no tienen derecho a circular, frente a los "derechos" de unos pocos. Los medios trasmiten su malestar generalizado. Se sienten reos de los sindicatos y de una minoría, que acuerdan " reventar el transporte", "paralizar Madrid" cuando mayor perjuicio se puede causar. Sabido es que ha sido una minoría – además pagados por el dinero de los madrileños-los que votaron los paros y las fechas.
La empresa cuesta a los madrileños 800 millones anuales. Sus trabajadores son unos "privilegiados" según se ha publicado. El bien general es una falacia. Aquí cada uno va a lo suyo. Se precisa y cuanto antes la LEY de HUELGA para no llegar al caos que parece ser la meta y consigna de algunos vociferantes sindicalistas.
MIGUEL RIVILLA SAN MARTIN.
