LA FE DON PERSONAL E INTRASFERIBLE
Después del don de la existencia, uno de los regalos sobrenaturales más importante que Dios ha hecho a los bautizados, es la gracia de la fe. Ésta fe es la respuesta del hombre a Dios, que se nos revela y nos hace hijos adoptivos suyos. Cada bautizado, a lo largo de su vida terrena ha de procurar que su fe, infundida en su alma, aumente día a día, más y más, por la oración, sacramentos y buenas obras, siempre en comunión con Cristo. Es responsabilidad personal. Ahora bien, también cada cristiano con su palabra, vida y ejemplo ha de trasmitir la luz de la fe a los que le rodean: padres a hijos etcétera.
Lo que pocos saben y se dan cuentan es que este don de la fe es personal e intrasferible. Al ser una realidad espiritual y sobrenatural, no se puede dar, repartir o cuantificar como algo material (dinero, casa, coche, joyas etc). ¡Qué pena y cuánto dolor moral produce a almas sensibles, el ver que a su lado hay personas, familiares o amigos muy queridos que han perdido o no tienen fe¡. Sólo hay una salida: Oración, oración y oración, poniendo todo en manos del Señor misericordioso y compasivo y en las manos de la madre nuestra y madre de todos los hombres, la Sma Virgen María.
MIGUEL RIVILLA SAN MARTIN.