UNA JOYA FALTA EN LA DIADEMA DE LA VIRGEN
Los fieles devotos e hijos de la Virgen María –todos los cristianos del mundo- echan de menos en la refulgente corona de su madre y madre de Dios, una joya más valiosa que todas las piedras preciosas conocidas. Cuatro son las joyas que a lo largo de los siglos han adornado a María, en sentido espiritual.
Cuatro "dogmas" han brillado en la corona de la Virgen por singular privilegio de Dios, según aparece revelado en las Sagradas Escrituras y proclamado por la Iglesia. La Sma. Trinidad quiso adornar con ellas a la que había de ser hija de Dios Padre, madre de Dios Hijo y esposa de Dios Espíritu Santo. He aquí las cuatro joyas o dogmas marianos:
1-Su maternidad divina, por ser madre de Jesucristo Dios y hombre verdadero. 2- Su Inmaculada concepción. Sin mancha alguna de pecado original desde el primer instante de su ser natural. 3- Su Virginidad perpetua, antes del parto, en el parto y después del parto. 4- Su gloriosa asunción en cuerpo y alma a los cielos. 5- De esta joya sin estrenar tratamos brevemente con palabras del obispo de Ámsterdam. " El 25 de marzo de 1945 la Sma Virgen se apareció en Ámsterdam a Ida Peederman, trasmitiéndole el primero de una serie de mensajes que se sucedieron a lo largo de 15 años. La Virgen quiere que se le reconozca SEÑORA DE TODOS LOS PUEBLOS y pide explícitamente al Papa y a la Iglesia la proclamación de un nuevo dogma : María Corredentora, Mediadora de todas las Gracias y Abogada, como colofón de todos los dogmas marianos. Prometió que cuando sea proclamado formalmente por la Iglesia, Ella dará la paz verdadera al mundo".
Millones de firmas se han recogido en todo el mundo para pedir al Papa la proclamación de este dogma y por consiguiente quede completa para siempre la corona de María. De todos y cada uno de los cristianos depende que se haga pronto realidad este quinto dogma con la consiguiente paz global.
MIGUEL RIVILLA SAN MARTIN.
