PONER LA OTRA MEJILLA
Es una de las frases más conocidas del Evangelio. A muchos no familiarizados con el texto sagrado, les parece uno de los absurdos cristianos. Entienden que ante cualquier agresión de un violento, el cristiano tiene que responder poniendo la otra mejilla, como el tonto del circo. Nada más lejos de la verdad. El punto clave de referencia, en este como en otros casos, siempre tiene que ser el ejemplo de Jesús. Veamos pues cómo obró Jesús en una ocasión similar, en que fue golpeado en su rostro por un agresor violento. Fue en su Pasión ante el Sanedrín –(confer S. Jo 18.19-24)-. "El Sumo sacerdote interrogó a Jesús sobre sus discípulos y su doctrina. Jesús le respondió: He hablado abiertamente ante todo el mundo; he hablado siempre en la sinagoga y en el Templo, donde se reúnen todos los judíos y no he hablado nada a ocultas.
¿Por qué me preguntas?.Pregunta a los que me han oído lo que les he hablado; ya saben ellos lo que he dicho. Apenas dijo esto, uno de los guardias que allí estaba. dió una bofetada a Jesús diciendo:¿Así contestas al Sumo sacerdote?. Jesús le respondió: Si he hablado mal, prueba en qué; pero si he hablado bien por qué me pegas?". Es fácil deducir que Jesús no se calló ante la violencia a su persona, sino que indujo al violento con su contestación, a que recapacitara y viera que no había sido justo su proceder.
He aquí el modelo a seguir todos los cristianos. No se ha de seguir el ojo por ojo, sino el hacer ver al injusto agresor que obra mal y que debe dejar a un lado la violencia y usar la razón y el diálogo.
MIGUEL RIVILLA SAN MARTIN.
