SAN JUAN BOSCO EDUCADOR JUVENIL
El 31 de Enero de 1888 en Turín (Italia) moría S. Juan Bosco, uno de los más grandes santos y educadores de la Iglesia, fundador de la Congregación salesiana (salesianos, hijas de Mª Auxiliadora, Cooperadores y exalumnos). Huérfano de padre desde la temprana edad de dos años y medio, dedicó, tras ordenarse sacerdote, toda su vida a la educación de los jóvenes más pobres y abandonados de la ciudad de Turín.
Su obra educacional pronto se extendió, gracias a sus hijos los salesianos y salesianas, por Italia, Francia, España y Europa. Algo más tarde por toda Hispanoamérica, hasta los lugares más remotos del globo, gracias a los misioneros(as).
Pocos educadores podrán presentar una hoja de servicio a la juventud marginada y pobre como este pedagogo, universalmente reconocido como Padre y Maestro de la juventud. En un pequeño tratado-Sistema Preventivo-escrito por el santo, dejó unas sabias y prácticas normas para ganarse el afecto y voluntad de los educandos. A tres palabras se reduce el secreto usado por el santo: razón, religión y amor.
La convivencia y trato cercano del educador con los educandos, según D.Bosco, obrará el milagro de ganarlos a todos para hacer de ellos unos buenos ciudadanos y buenos cristianos, meta de toda obra educativa cristiana.
En los tiempos convulsos que estamos viviendo, se necesitan personas de la talla del santo, entregadas en cuerpo y alma a los jóvenes que son el futuro de un mundo mejor.
MIGUEL RIVILLA SAN MARTIN.